Un cadáver a los postres

Lionel Twain invita a su fantasmagórica mansión a los cinco detectives más grandes del mundo. Tras pasar por un camino lleno de trampas, todos llegan al lugar, donde les recibe un mayordomo ciego. Twain les explica durante la cena el motivo de la reunión: a medianoche se va a producir un asesinato y el que sea capaz de resolverlo se va a llevar un millón de dólares.